Ayer, martes 27 de septiembre, una cincuentena de trabajadores y trabajadoras del Ayuntamiento de Aljaraque se concentraron ante la puerta del Consistorio para exigir el cobro de las nóminas que se les adeudan. Hoy busco la referencia de la noticia en los medios provinciales y no la encuentro. No debe ser, para ellos, demasiado importante no ya la protesta en sí, sino la situación en que viven muchas familias de nuestro pueblo que dependen del salario municipal. Y no puedo dejar de percibir en ese hecho un carácter diferencial con anteriores protestas, en época de gobierno socialista, que respondían entonces a un retraso de días en el pago, y no de meses como ahora, con el elemento añadido de los expedientes de regulación de empleo sobre la mesa. Entonces sí tenían un amplio eco en distintos medios, hoy parecen haber dejado de tener interés.
Quiero mostrar desde aquí mi solidaridad con trabajadores y trabajadoras, nuestro compromiso de seguir, desde la oposición, trabajando para recuperar la normalidad laboral en nuestro ayuntamiento. Mientras estuvo en nuestra mano, fue una prioridad absoluta mantener el empleo y, con ello, el nivel de prestación de servicios, sin olvidar la incidencia positiva que en la economía local tenía el hecho de que más de quinientas familias contaran con ingresos con que hacer frente a sus necesidades, adquiriendo bienes y servicios en nuestro municipio.
El falso debate que pretende hacer recaer sobre el equipo de gobierno anterior y su gestión de la coyuntura la responsabilidad de la situación actual, olvida que las dificultades provocadas por la caída brutal de ingresos provenientes de la construcción (único sostén básico del modelo económico propiciado por el PP aljaraqueño) comenzaron ya en 2007 (véanse las liquidaciones del presupuesto en ese año y los siguientes) y se han extendido hasta el día de hoy. La construcción de una alternativa al modelo de desarrollo urbanístico descontrolado requiere tiempo y un arduo trabajo de gestión política. El que se realizó. Pero debe tener continuidad. Si lo que se plantea es una política de recortes, sin más, estaremos cometiendo un error de consecuencias muy graves. No basta, como hicimos, disminuir el gasto corriente hasta lo estrictamente imprescindible (hay que iluminar las calles, limpiarlas, vigilarlas, hay que seguir prestando los servicios y eso cuesta dinero), eliminando gasto superfluo y ajustando hasta el máximo la economía municipal. Sin tocar a la gente, eso sí, esa era nuestra frontera.

Hoy hay nuevas fuentes de ingresos municipales. La participación en ingresos del Estado aumentó, más aún la de los ingresos de la Comunidad Autónoma Andaluza; se han comprometido cantidades nuevas, por el alquiler de las redes, provenientes de MAS (la Mancomunidad de Aguas y Servicios), se ha recibido ya más de un millón de euros del PCTH (Parque Científico y Tecnológico) que, además, con la construcción de nuevos edificios consolida ingresos futuros por IBI e IAE, algo a lo que se suma también la pronta puesta en marcha de Hipercor que devengará idénticos ingresos. Hay, en suma, todo un trabajo realizado que debe proseguir. Y creo que ese es el camino. El camino es promover la construcción de la nueva escuela infantil de Corrales para la que tenemos aprobada una subvención de seiscientos mil euros (un año de trabajo para mucha gente, mientras se construye, y, para otras, un empleo para toda la vida), acelerar los trámites para la construcción de la nueva superficie comercial impulsada por la cadena Lidl, cooperar en la búsqueda activa de empresas que quieran instalarse en el PCTH, concluir con prontitud los trabajos ya iniciados con anterioridad para la electrificación definitiva del polígono de Las Gavias, donde espera el convenio con la agencia IDEA para la construcción de naves industriales...
Hay sendero que recorrer, pero hay que querer y saber recorrerlo. Y hay que trabajar, mucho, duramente. Tenemos una responsabilidad ante trabajadores y trabajadoras, ante el conjunto de la ciudadanía. En estos tiempos, sin duda difíciles, la única respuesta es el compromiso, el esfuerzo, la imaginación y la inteligencia. Hay que conjurarse para salir de ésta y hacerlo con un nuevo modelo de crecimiento sostenible. Aljaraque puede.