Llegó al poder municipal criticando la situación en que se encontraba nuestro pueblo. Calificaba nuestra gestión de desastrosa (no habíamos hecho NADA por Aljaraque) y, sobre todo, la situación de "ruina económica" de nuestro Ayuntamiento. Frente a ese cuadro, prometía soluciones en base a un programa electoral cargado de promesas y desarrollaba una estrategia de compromisos, especialmente laborales, con personas concretas.
Un año después, podemos preguntarnos qué fue de todo aquello. Dónde están las soluciones y qué grado de cumplimiento con lo acordado se ha llevado a cabo.
Y es cierto que, los primeros meses, la excusa de lo pretendidamente mal que lo habíamos dejado todo (en especial la economía) ha servido para justificar los incumplimientos. Muchos ciudadanos y ciudadanas mostraban comprensión hacia el cambio de discurso. Pero el tiempo pasa, la realidad es tozuda y la incapacidad se manifiesta. Un año después, ya no vale el cuento de la herencia recibida y toca dar la cara.
Un año después, nuestro pueblo esta sucio, el nivel de servicios bajo mínimos, el desempleo creciendo de manera galopante, las iniciativas puestas en marcha en nuestro mandato paralizadas... con claridad la situación se ha deteriorado a un ritmo vertiginoso. Lo que antes era inaceptable (días de retraso en el pago de alguna nómina, Policía Local sin vehículos para patrullar, calles sucias, hierbajos por doquier...) ahora son la norma y parece que siempre hubiera sido así. Y no es verdad. Nuestro pueblo ha perdido calidad de vida por una pésima gestión municipal.
Se ha enviado al paro a más de doscientas personas en el Ayuntamiento, algunas con despido nulo por vulneración de derechos fundamentales y persecución política, se han subido los precios de la Escuela de Música, del Patronato de Deportes, de los Talleres Municipales, se han recortado servicios educativos (de doce monitoras escolares a seis), se ha paralizado toda obra municipal, se han estancado temas en vías de gestión y solución, iniciativas importantes para nuestro pueblo como Hipercor se han parado, otras como la del Lidl parecen haber desaparecido. En fin, todo un paisaje deprimente que muestra a las claras hasta qué punto el PP mintió con objeto de alcanzar el poder para, acto seguido, en clara dejación de funciones, hacer posible un retroceso histórico.
¿A dónde fueron a parar los currículos recogidos? ¿Dónde quedan los compromisos? Mucha gente fue engañada, generalmente las más necesitadas, las más vulnerables, a las que se ofreció una solución como la zanahoria de la metáfora.
¿Qué cosas nuevas se han hecho durante este año? ¡Ah, sí, el Alcalde inauguró (y puso placa con su nombre) la Escuela de Música que se encontró hecha! Por lo demás, intenten recordar una nueva calle asfaltada, un nuevo edificio, una nueva plaza o jardín, un nuevo espacio industrial, algo, cualquier cosa, que nos permitiera vislumbrar un ápice de gestión positiva.
Ya no tenemos tele, falta la información, la ciudadanía no se entera de lo que ocurre en su Ayuntamiento, la falta de transparencia se ha hecho norma. El Pleno se convoca a las nueve de la mañana, el Consejo de Participación Ciudadana ha tardado año y medio en convocarse.
A pesar de todo, pese a llevar más de cinco meses sin cobrar, pese al desmantelamiento de GESA con la consecuente pérdida de empleo (recuerden que están en ERE), la conflictividad entre el personal municipal es reducida. Y tiene difícil explicación, porque venimos de donde venimos, se movilizó lo que se movilizó, ¿qué pasa ahora? ¿o es que el objetivo era simplemente devolver el poder a la derecha?
Esperamos de vecinos y vecinas un análisis objetivo de lo que está ocurriendo. Una simple comparación de los modos, de las formas, de la eficacia. Con eso bastará para que, cuando llegue el momento, podamos cambiar este caminar sin rumbo en el que estamos.
Nosotros, entretanto, seguiremos denunciando cuantas deficiencias percibamos. No renunciamos a ofrecer nuestra mano para colaborar en unas circunstancias difíciles, por mucho rechazo que recibamos, ahí nos seguirán encontrando.
