Hay algunos políticos mediocres, tirando a interesados sin vocación de servicio público, que cuando no tienen nada que ofrecer, porque nada hacen, intensifican (nunca la abandonan del todo) la práctica organizada de la insidia y la calumnia. La estrategia del rumor la desarrolla a la perfección el PP de Aljaraque. Lo hizo cuando estaba en la oposición, como herramienta del desgaste, y lo hace ahora para tapar con falsedades su incapacidad.
He de reconocer que eso de difamar, de pervertir la verdad, de acusar falsamente se les da bien; y que se les da bien distribuir después toda la basura de boca en boca, aprovechándose de la ingenuidad de mucha gente y de, para qué nos vamos a engañar, lo predispuesta que está la vecindad para creer cualquier cosa negativa de quienes trabajan en política con objeto de prestar servicio público. Hoy que "estar en política" significa poco menos que ser un sinvergüenza, un "chorizo", cuando no, directamente, un delincuente, casi cualquier cosa que inventes y cuentes a otros como una noticia se convierte en verdad sin que la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas lo cuestione, pregunte, contraste, analice...
Podría aquí hacer un recordatorio de todos los rumores insidiosos que sobre quien escribe me han llegado al oído (supongo que otros se quedaron por el camino). Hay algunos que te producen risa, por lo absurdo y disparatado. A modo de anécdota, contaré que, antes de las elecciones municipales del 2007, en las que yo era candidato por el PSOE, me contaron que circulaba por ahí la patraña de que yo era un médico del Hospital Juan Ramón Jiménez, al que habían despedido por hacer recetas falsas. ¡Toma ya! Al principio, quedé impactado por la capacidad inventiva de quien originara tal historieta, pero lo disparatado del asunto me llevó a tomármelo a broma.
Ya en el periodo de gobierno, la estrategia se intensificó y llegó a crear sus propios "órganos oficiales" de difamación. No los nombraré hoy aquí, solo apuntaré que desaparecieron. Venían disfrazados de iniciativas vecinales independientes pero solo duraron mientras eran necesarios para sembrar las falacias entre la gente. Cuando la derecha alcanzó el poder, dado que no podrían mantener el tono hipercrítico e insultón, simplemente se esfumaron sin más explicación.
En parte, he de suponer (aunque desde luego no creo que fuera ni siquiera causa secundaria) que esta infame manera de politiquear en algo contribuiría a la victoria electoral del PP en las municipales 2011 en Aljaraque. Eso debieron pensar sus autores intelectuales porque han decidido, mucho más ante la falta absoluta de logros positivos que presentar al vecindario, persistir en ella.
Aplico siempre el "ladran, luego cabalgamos", aunque, a veces, los perros consigan hacerte caer de la montura. En esas ocasiones, basta levantarse, sacudirse el polvo que se nos pegó en la caída volver a montar y seguir adelante. Seguirán los ladridos, los gruñidos, incluso los mordiscos, pero no hay tiempo para dedicarle a esas voces pequeñas, putrefactas, corresponsales de mentes sucias, más atención que la suficiente para esbozar una sonrisa sardónica. Pobre gente. Aunque ganen. Pobre gente, No conocerán nunca la felicidad que deviene de hacer las cosas como hay que hacerlas. Ni de mirar a los ojos de los demás sin mostrar odio o desprecio, ni dejar de sufrir vergüenza teniéndolos que agachar. En el origen miserable de su contento va también la penitencia.