domingo, 17 de noviembre de 2013

LA PARÁLISIS I

Hubo un tiempo en la historia de este país en que los trabajadores y trabajadoras, el común de la ciudadanía, después de haber soportado largo tiempo una dictadura execrable, defendían con uñas y dientes los logros, las conquistas sociales y los derechos recién recuperados. Tiempo en que si un Gobierno, por ejemplo el socialista de 1988, en mitad de una crisis con alto nivel de desempleo intentaba dar lo que podía parecer un paso atrás, entonces con el llamado Plan de Empleo Juvenil (desde la distancia, una nadería con lo que hoy ocurre), la respuesta era contundente y el Gobierno (claro que era del PSOE), rectificaba. Por si no se acuerdan:


Hoy, las cosas han cambiado, y mucho. Desde mayo de 2010, pero, sobre todo, desde noviembre de 2011, la pérdida de derechos y libertades ha sido la mayor de nuestra historia democrática. Los recortes de esos derechos, la pérdida de calidad democrática que hemos sufrido desde que Rajoy, desde que la derecha, gobierna este país, no tiene parangón si no nos remontamos al golpe de estado de 1936. 

Las principales lineas de defensa de los intereses y conquistas de la ciudadanía, han caído, o están siendo derribadas a marchas forzadas. 

Cayó la primera, con la reforma laboral, la capacidad de negociar convenios colectivos que suponían una garantía de los derechos laborales y, con ella, el respaldo legal a una situación de cierto equilibrio entre las apetencias de la clase empresarial (siempre contraria a la estabilidad laboral, a las mejoras salariales y de condiciones de trabajo...) y los intereses de trabajadoras y trabajadores. Ese respaldo ya no existe y cada cual, desde un forzado individualismo, se ve obligado a soportar las condiciones que se le dicten, porque ya las leyes no lo amparan y porque siempre habrá (para eso se ha elevado el desempleo a las nubes) alguien que lo haga por él y con aquellas condiciones que no aceptó. 

Al tiempo, con la reforma, la derecha se carga a los sindicatos de clase, los verdaderos artífices, gracias a su capacidad de organizar a las trabajadoras y los trabajadores, de las mejoras y logros, de los nuevos derechos, del incremento del bienestar colectivo. Ahora, aparentemente, ya no sirven. Sus negociaciones no tienen el valor legal que antaño. Por si fuera poco se les desprestigia masivamente. Los medios de comunicación en manos de la derecha, que son mayoría, sin ningún tipo de pudor, coordinados, han proyectado una imagen de las organizaciones sindicales de clase como nidos de delincuentes, de gente que huye del trabajo y se libera para medrar. Eso ha calado entre la gente, entre los propios trabajadoras y trabajadores, que maximizan las críticas a los aparatos sindicales (que debieran servir para mejorar su funcionamiento) y lo hacen de manera destructiva. Se fragmenta el paisaje sindical y la derecha crea seudosindicatos como quien fabrica churros, cada vez más corporativos, cada vez más reducidos en su campo de acción, desunir, desorganizar... Objetivo cumplido. 

A esta primera y esencial agresión contra los derechos, a esta madre de todas las batallas perdidas con posterioridad, le han seguido los ataques a la sanidad, a la educación, a la dependencia, a las pensiones, a la libertad, a la democracia, al municipalismo, a la protección del medio... La relación de todas las consecuencias concretas de la victoria de las políticas reaccionarias de la derecha representada por el PP es larga y prolija.

Sin embargo, aunque hay movilizaciones, aunque determinados colectivos luchan, en una especie de táctica de guerrillas, deslabazados, no se produce una reacción general que diga ¡hasta aquí hemos llegado!, no solo no daremos un paso atrás más, sino que queremos la restitución inmediata de nuestros derechos, de nuestras libertades y lo queremos ya. ¿Por qué? ¿Qué nos ha ocurrido como sociedad? ¿Cuál es la razón de esta parálisis que nos convierte en espectadores pasivos de nuestras propias pérdidas y de la de los demás? ¿Qué más tiene que ocurrir para que reaccionemos?


viernes, 15 de noviembre de 2013

¿ALGO QUE OCULTAR, SR. TOSCANO?

Cuando recibí la invitación para asistir a la Junta Local de Seguridad del Ayuntamiento de Aljaraque, tuve que leer dos veces el texto para creérmelo. Se nos autorizaba a incorporarnos a la reunión en el punto 4º del Orden del Día. No podíamos oir el acta de la sesión anterior (aunque nos la envían con la invitación), no conviene, al parecer, por problemas de privacidad, que conozcamos las sanciones que se imponen en el municipio en materia de salud pública (aunque aparecen en el acta que nos envían), y, sobre todo, se nos impedía conocer la situación de la seguridad en el municipio (el tercer punto del orden del día). Nunca, en los cuatro años que gobernó la izquierda en Aljaraque, ni en lo que va de mandato del PP, había ocurrido tal cosa, tal despropósito.

¿Porqué ahora? ¿Ha ocurrido algo más allá de lo normal? ¿Tiene que ver con el episodio de violencia organizada fascista contra un joven de nuestra localidad, ocurrido hace unos días en Bellavista? ¿Qué pasa aquí?

Parece que nada, el lado oscuro del alcalde, la otra cara de la moneda, el concejal Yórquez (siguen jugando a lo que aprendieron: Orta/Pino, el bueno y el malo, Toscano/Yórquez, a ver si cuela) sale a los medios y dice que ha descendido el número de robos (¡Ojo!, no de delitos, de robos) en un ocho por ciento sobre 2012. Como si eso dijera algo, como si eso explicara porqué no se hizo público el robo a la subestación eléctrica de Corrales, con pérdidas estimadas en el millón de euros (si, sí, el millón de euros -¿usted se enteró?-), o qué esta ocurriendo con el patrimonio histórico industrial que están desmantelando por fases, o qué pasa con el desvalijamiento de viviendas vacías de Corrales... Y tantas y tantas otras cosas.

Es verdad que nosotros no somos como ellos. Obsérvese lo que demandaban en 2007 (recién acabábamos de llegar al gobierno local) con ocasión de la serie de robos en La Dehesa Golf:


El PP, que utiliza todo cuando está en oposición y critica que se use lo que es razonable criticar cuando ellos están en el gobierno, no tuvo problemas en achacar al nuevo gobierno la responsabilidad de la comisión de aquellos delitos. Exigían como solución la "Policía de proximidad", algo que prometieron ellos poner en marcha... y hasta la fecha.

Ahora no quiere que participemos en la Junta Local de Seguridad, si no cuando ellos quieren, hurtándonos el acceso a la verdad. Esa falta de respeto no la vamos a consentir. Nos podrá dejar fuera de la Junta. El alcalde puede, la ley le da potestad a Toscano para nombrar los tres vocales del Ayuntamiento y también para convocar o no a otras personas en calidad de invitadas. Ese derecho le asiste. Pero lo que no va a hacer es jugar con los partidos de oposición. Ya sabemos de su escasa calidad democrática. El mismo...

Nosotros lo denunciamos públicamente y nos quedaremos sin entrar:


El Partido Socialista seguirá siendo responsable con los temas de seguridad. No renunciamos a denunciar las carencias de la policía local, ni los episodios de violencia fascista, ni cuantos temas entendamos que deben ser objeto de mejora. De ahí a utilizar la seguridad como arma partidista, para generar intranquilidad en la gente y culpar después a los partidos políticos rivales, va un mundo. Nosotros no vamos a caer en esa deslealtad. Eso queda para el PP de Toscano.

EL ROTO

jueves, 7 de noviembre de 2013

OJALÁ HUBIERA MUCHA GENTE COMO TÚ

Hoy se ha dado cuenta en el Pleno Municipal de la renuncia de nuestra compañera Eva Alfonso a su condición de concejala. Ha sido, sin duda, una decisión difícil y, al tiempo, valiente.

Eva es una mujer joven, comprometida con su pueblo, amante de Aljaraque y de su gente como pocas; es, al tiempo, una mujer de valores que vive de acuerdo a sus ideas de progreso, en pos de la igualdad y la justicia social.

Su decisión de concurrir a las elecciones municipales en la lista del Partido Socialista constituyó un ejercicio de responsabilidad basado en el inmenso cariño que siente por su pueblo y en su deseo de contribuir, desde el servicio público, a hacerlo mejor.

Pero Eva es también una mujer de familia, una mujer trabajadora que en estos tiempos complicados, ha tenido que buscar su empleo, como profesional de la enfermería vocacional que es, allá donde lo ha podido conseguir. Marchar a Canarias, separándose de su gente, lejos de su tierra, no ha sido sino un enorme sacrificio que demuestra su fortaleza y su sentido de familia.

Eva no ha perdido nunca la esperanza de volver a Huelva y poder trabajar aquí en lo que le gusta, como enfermera del sistema público de salud. Esa esperanza, basada en la participación en cuantas convocatorias ha habido en nuestra comunidad, es la que le ha hecho mantener su condición de concejala pese a no poder acudir físicamente a los plenos municipales y a otros eventos de carácter público en nuestra localidad.


Me atrevo a decir, sin temor a equivocarme, que pese a la distancia geográfica, Eva ha vivido la situación de su pueblo con más cercanía que muchas personas que, estando aquí físicamente, no sienten por su municipio la pasión que a ella le anima. Afortunadamente, además, las nuevas formas de comunicación facilitan ese flujo, esa "presencia".

Solo ahora, cuando ya parece definitivamente imposible que vaya a poder tener un empleo aquí en lo que resta de mandato, Eva se ve obligada, en conciencia, a dejar su cargo. No abandona con ello ni su compromiso con su pueblo, ni con sus ideas. Yo sé que su juventud le permite esperar un futuro, que espero no muy lejano, en el que podrá desempeñar plenamente su vocación de trabajo por Aljaraque, por su gente.

Quiero darte las gracias por este tiempo, por tu ánimo, por tu fuerza, por tu saber estar, por aguantar, desde allá a lo lejos, en mitad de tu sacrificio, algunas insidias que no tienen más valor que el de retratar a quienes las extienden. La gente de bien, la que importa, sabe de tu esfuerzo.

Quiero también mostrarte mi respeto y admiración por tu decisión como trabajadora, como madre que no ha dudado en sacrificarse por su familia.

Sobre todo quiero transmitirte ánimo y fuerza de cara al futuro. Aljaraque necesita, como el Partido Socialista necesita, gente como tú. Sigue siendo tú misma. Tarde o temprano, tu camino y el de Aljaraque acabarán confluyendo de nuevo. Será una gran noticia para el bien de nuestra gente.