
La Consejería para la Igualdad y Bienestar Social constituyó, desde mi responsabilidad como Delegado Provincial, una experiencia inolvidable. La calidad humana de las trabajadoras y trabajadores, en contacto diario con problemas personales y sociales durísimos a veces, resultó extraordinaria. Entré para aprender y salí convencido de que esta tierra nuestra atesora valores, en su gente, de un nivel admirable. Por el camino, mil experiencias, satisfactorias unas, dolorosas otras, pero siempre seguro del potencial de las políticas de igualdad y bienestar social en Andalucía, de difícil parangón con otros territorios. Mención especial para el equipo de la Consejería y, en particular, como no podía ser de otra manera, de Micaela Navarro, una política fuerte, de convicciones socialistas arraigadas desde la procedencia, con la sensibilidad necesaria para encabezar un proyecto de claro componente solidario y de justicia social. Una mujer de la que aprender, a la que imitar. Mi homenaje permanente y mi cariño para cuanta gente dejé allí, cuidando de los andaluces y andaluzas más desvalidos.
El paso a lo municipal, proceso electoral por medio, supuso entrar en contacto con una esfera apasionante de la acción política . La proximidad al problema y a la solución, la concreción de los resultados, el contacto directo con la ciudadanía, el conocimiento privilegiado de la realidad, son elementos de este nivel municipal que lo convierte en la mejor de las opciones de responsabilidad pública. Más allá de las dificultades derivadas de la forma de hacer política durante doce años, y las consecuencias de la misma en terrenos complejos como el urbanismo y la economía, la dotación de servicios y las infraestructuras sociales y culturales, protagonizada por el PP, lo cierto es que los retos, sumados a una importante dosis de ilusión, aparecen como vehículos para desarrollar la vocación de servicio a la comunidad de nuestro equipo.
Hoy podemos decir que, a pesar de la coyuntura particularmente compleja que estamos atravesando, la labor que se está realizando está proporcionando resultados que, espero, cuando se observen con perspectiva y lejos de la controversia fruto de la confrontación democrática, serán valorados como un auténtico cambio de rumbo de carácter estructural que servirá para dibujar un futuro mejor para nuestro pueblo y sus gentes. Para ello trabajamos duro, cada día.