Desconozco el fin con que GESA (la empresa municipal de gestión del suelo) fue creada. Cuando llegamos al gobierno municipal apenas tenía siete trabajadores y, prácticamente, ninguna actividad. Nosotros la fortalecimos, la dotamos de una dirección profesional y la transformamos en una empresa solvente, capaz de acometer grandes obras con garantías de buen hacer. Ahí están las pruebas, en forma de obras de todo tipo que se han demostrado de gran calidad. Buena parte del mérito ha correspondido a sus trabajadores y trabajadoras que han mantenido, en la casi totalidad de los casos, una actitud de responsabilidad profesional que hay que alabar.
De esta manera, gestionando los recursos propios, las subvenciones y, lo que es muy importante, los contratos externos, GESA ha dado empleo a mucha gente durante estos últimos años. Ha sido en un periodo muy difícil por el crac de la construcción, un motor económico positivo para nuestro pueblo.
Da toda la impresión de que se la quiera desmantelar (no elucubraré sobre los motivos, aun cuando tengo mi opinión formada). Lo cierto es que se la descabeza en lo profesional y se apuesta por el control político. Se destituye a la gerente y se nombra vicepresidente a un concejal del PP. Y ahora viene la cuestión: ¿quién gestiona la empresa?, ¿quién busca nuevos contratos, consolida los que tiene...?, ¿quién dirige el conjunto de actuaciones que están en marcha?, ¿quién se encarga de presionar para que todo lo que se le debe se vaya pagando?, ¿quién?. Parece que nadie, que se la abandona a su suerte, se dejan de cobrar deudas que se quieren apuntar al capítulo de pérdidas para, así, justificar, con las dificultades económicas, los expedientes de regulación de empleo (vaya con el "empleo es mi prioridad") que se ponen sobre la mesa. Falta voluntad, coraje e inteligencia para bregar con las dificultades y tirar adelante. Porque hay perspectivas, hay soluciones, pero deben ser trabajadas (otra vez la clave del trabajo, de la dedicación, del empeño).
No es sino una muestra más de cuál es la política del PP, a quién le molesta todo lo público (ahí hay poco negocio que hacer, demasiados focos...). Tal vez, encargando las obras al sector privado se puedan negociar otras contrapartidas.
Lo cierto es que hay mucha gente que depende de la seriedad con que se tomen las cosas y no se puede jugar con ellas. ¿Qué credibilidad tiene quién nos acusa de algo tan estúpido como haber "suministrado de tabaco al Ayuntamiento"? ¿Se puede ser más frívolo cuando hay tantas familias que dependen de la empresa?. Creo sinceramente que no, pero seguramente me equivoque.