Durante años, la política laboral en el Ayuntamiento de Aljaraque se caracterizó por la arbitrariedad al contratar (sin procedimiento público, con una simple orden escrita del alcalde Orta o de sus concejales, Toscano entre ellos) y la ausencia de libertad de expresión y acción para quienes no comulgaran con los planteamientos del equipo de gobierno del PP. Puede que alguna gente no se acuerde, pero había miedo en muchos trabajadores y trabajadoras a hablar, incluso a título personal tan solo, con los concejales y concejalas de la oposición. Podríamos poner muchos ejemplos de esa utilización espúrea del empleo para premiar a su gente, colocar a familiares, o forzar voluntades a la hora de ejercer el derecho libre al voto, pero con seguridad no es necesario.
Una de nuestras prioridades al acceder a la responsabilidad de gobierno municipal fue regular los modos de contratación y tratar de poner orden en la estructura de la plantilla. Dos fueron entonces las lineas directrices. Una, crear un modelo (bolsa de trabajo), con igualdad de derechos, convocatoria pública, baremación y seguimiento abiertos al control ciudadano. Dos, ir paulatinamente convirtiendo en indefinidos a quienes, por fraude de ley, al concatenar contratos temporales seguidos, habrían adquirido esa condición.
Cierto es que la coyuntura económica no ha sido la mejor ayuda. Los informes que advertían al equipo anterior del Partido Popular sobre los riesgos de generar gastos estructurales (los que permanecen en el tiempo) con ingresos coyunturales (ahora los hay, luego ya no) se desmostraron certeros. La crisis de la construcción, principal o, más bien, casi única fuente de ingresos del Ayuntamiento provocó un descenso casi hasta cero de esas entradas de dinero. Pero la plantilla (rondando siempre las quinientas personas) estaba ahí, no era culpable de la situación y no podía cargarse sobre ella la falta de previsión (por ser suaves) que habían tenido los anteriores gobernantes.
En todo este tiempo, responder a la obligación del pago de nóminas al personal municipal ha sido, para nosotros, mes a mes, la principal de nuestras ocupaciones. Ni un solo día ha transcurrido sin que mi gente, yo mismo, no hayamos empeñado todo nuestro esfuerzo y conocimiento en hacer frente a ese deber. Y no siempre ha sido fácil, aunque la verdad es que, hasta este momento, hemos cumplido.
En medio de estas circunstancias tan difíciles para los Ayuntamientos, y para el nuestro en particular, lo que se necesita es la complicidad de todos para atravesar estos momentos delicados, sabiendo que después hay luz al final del tunel, luz que estamos trabajando también y que empieza a mostrarse, cada vez, con más fuerza. Esa complicidad la hemos pedido y hay quienes han respondido con lealtad. Para ser justos, la inmensa mayoría, abrumadora mayoría de nuestros trabajadores y trabajadoras. Pero no todos, no todas. Hay quienes, amparados en unas determinadas siglas sindicales (dejo aparte a la organización en cuestión, habida cuenta de que no tengo indicios de lo contrario), pretenden hacer oposición política con el disfraz sindical. Y lo cierto es que el disfraz les queda muy mal. Tal vez habría que decir aquello de que "aunque la mona se vista de seda...". Gente que jamás se preocupó del bienestar de los trabajadores y trabajadoras, de defender sus derechos, se permiten ahora aparecer como adalides de eso mismo que nunca les importó. Como digo es un disfraz para intentar con él puesto desgastar políticamente al equipo de gobierno y a mí personalmente. El problema es que estas tácticas tan evidentes se vuelven contra quienes las ponen en práctica. No en balde se les ve el plumero. Y la gente no es tonta, antes al contrario, termina poniendo a cada uno en su sitio.

Pd: como ejercicio, busquen trabajadoras o trabajadores de Aljaraque en esta foto (manifestación del día 9 de noviembre ante el Ayuntamiento).
1 comentario:
Buena idea esa la de solitar la identificación al que deja un comentario, ya que en el anonimato suelen esconderse los faltones, siendo a menudo la idea motriz el insulto.
Pd: ¡la mona se viste de seda salvaje!
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