Ojalá, el próximo 6 de Mayo, François Hollande sea elegido Presidente de Francia. Europa necesita una voz distinta, una voz capaz de introducir una perspectiva más racional en la batalla contra la crisis financiera internacional. De momento, su victoria en la primera vuelta de las presidenciales ya ha provocado un, por ahora ligero e inconcreto, cambio de rumbo en la hasta ahora rígida política de recortes, cuyo único objetivo es la reducción del déficit, aún a costa de provocar recesión económica en la zona euro (España ya está en ella), con el consiguiente riesgo de aumento del desempleo que cerraría un bucle sin salida.
Hoy ya podemos leer cómo algunos dirigentes europeos comienzan a exigir, en línea con las propuestas del dirigente socialista francés, medidas de estímulo que complementen el necesario control de los desequilibrios. No solo hay que ajustar el gasto, es necesario incentivar la economía para que, mediante el crecimiento, podamos salir de este "pantano de la tristeza" en el que estamos inmersos.
Hoy podemos leer cosas como ésta:
En España, Alfredo Pérez Rubalcaba lleva meses advirtiéndolo. Que ahora otros dirigentes europeos se sumen a esta corriente, compartida en cierta forma por Obama en EEUU, es una buena noticia. Y es que ya se dijo aquí:
Una Francia Socialista aparece, pues, como indispensable. Del equilibrio de posturas saldrá, sin duda, un camino nuevo. Esperemos que el próximo 6 de mayo se confirme. De momento, Hollande ya ha logrado su primera victoria. Hay movimiento...

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