martes, 25 de septiembre de 2012

¿TIENEN SOLUCIÓN LOS AYUNTAMIENTOS? (II)

Ese plan de pago de nóminas, mucho menos costoso para el erario público que el de proveedores, posibilitaría a los Ayuntamientos afrontar este momento crítico con otra perspectiva. Una perspectiva de mayor tranquilidad, absolutamente necesaria para que los equipos de gobierno vuelvan a centrarse en lo importante, lo trascendente, y no exclusivamente en la urgencia de atender, como prioridad que es, el abono de las nóminas. Conozco la angustia que para el gobernante conlleva resolver cada mes ese derecho básico de trabajadoras y trabajadores. Y también la que provoca no cobrar (no digamos ya cuando el retraso es de varios meses, lo que hace difícil atender a las necesidades básicas). Esta última debe ser compartida. Mal se entendería que los responsables políticos recibieran su sueldo o sus dietas, en tanto sus trabajadoras y trabajadores no lo hacen. Un miembro del equipo de gobierno siempre ha de ser el último en cobrar.

Además, el Ayuntamiento no solo está para emplear a vecinos y vecinas (afirmo que NO SOLO). La contratación de trabajadoras y trabajadores tiene como fin la prestación de los servicios públicos propios del consistorio. De esta manera, no basta con disponer de financiación suficiente para el capítulo I (el de personal), sino que es necesario que ese potencial de trabajo tenga los medios necesarios para desarrollarlo en condiciones.

Un Ayuntamiento tiene estrecho margen a la hora de buscar financiación añadida. Cerradas como están las posibilidades de endeudamiento a largo plazo (una formula normal que usamos en ámbito personal cuando pedimos una hipoteca), con dependencia de las transferencias del Estado y de la Comunidad Autónoma, cuya cuantía no establece, la hacienda local se convierte en un instrumento que ha de ser manejado con prudencia. No es posible que las deficiencias del modelo de financiación genérico intenten ser resueltas con la presión de los impuestos y tasas locales. No haría sino enviar lluvia sobre suelo mojado.

En conclusión, la búsqueda y plasmación de un modelo de desarrollo económico sostenible adaptado a las potencialidades locales es la piedra angular sobre la que construir el desarrollo de cualquier municipio. En ese proceso no solo han de intervenir los responsables políticos -encargados de poner las bases, impulsar y dinamizar-, sino el conjunto de la ciudadanía, con especial responsabilidad del tejido empresarial.

Junto a ello, un modelo de financiación justo y adecuado al papel que cada administración asume dibujaría un panorama de estabilidad presupuestaria municipal capaz de afrontar los retos que en este momento se nos presentan y prepararnos para un escenario de recuperación que, tarde o temprano, se dará.

Es evidente que la política fiscal y de precios públicos ha de ser coherente. Para ello, varios principios son incuestionables. A saber, la proporcionalidad, el ajuste a los costes reales, la solidaridad y el equilibrio con el desarrollo económico. Hay, pues, camino.

jueves, 20 de septiembre de 2012

¿TIENEN SOLUCIÓN LOS AYUNTAMIENTOS? (I)

Partamos de una evidencia. No todos los Ayuntamientos están en la misma situación de asfixia económica y, por ende, de deterioro en la prestación de servicios públicos, ni de pérdida de empleo. Son aquellos que más dependían de la construcción y los ingresos coyunturales que la acompañaban, los que están sufriendo en mayor medida la descompensación creciente entre ingresos y gastos. Por contra, aquellos otros que, o bien no conocieron un boom urbanístico desmedido, o tejieron alternativas económicas distintas a la del ladrillo, mantienen una situación que, a pesar de ser problemática en algún caso, no alcanza ni de lejos el nivel de angustia que padecen los primeros.

Una primera conclusión, pues, nos conduce a establecer que la concreción de la acción política en el territorio, dependiendo de cuáles fueron las prioridades y los proyectos subsiguientes, está en la base de la coyuntura actual por la que cada Ayuntamiento atraviesa. Claro que hay situaciones objetivas que no son modificables desde la actuación de los poderes públicos (Galaroza nunca podrá desarrollar un turismo de playa), pero en lo demás, las opciones diferenciadas conducen a resultados distintos.

En esta evidencia está la explicación de hacia dónde deben ir las cosas. Con una base de partida común a todo el municipalismo que constituye raiz principal de la solución a sus problemas. Necesitamos un nuevo modelo de financiación, más equitativo entre administraciones, que responda a los servicios que cada una de ellas presta realmente. En ese sentido, los Ayuntamientos españoles están insuficientemente representados en  el reparto que de los fondos públicos se realiza desde el gobierno central. Basta comparar la situación en España con la de los demás países de la Unión Europea para comprobarlo. Ahora bien, establecido esto, resulta nítido el hecho de que cada equipo de gobierno de cada municipio tiene por delante la responsabilidad de establecer los potenciales de su término y contribuir, desde su actuación planificada y sistemática, a desarrollarlas.

Ahí se abre todo un universo de posibilidades. No diré que dependa exclusivamente del trabajo político (intervienen otros muchos factores), pero sí que lo hace también de el, y no en un grado menor.

Si se marcan bien las posibilidades y se contribuye a convertirlas en realidades, se habrá avanzado mucho y en la buena dirección.

Cierto que en este momento tenemos un problema, una urgencia. Los desajustes a que hemos hecho referencia han tenido en muchos sitios consecuencias muy negativas, en materia de empleo y de prestaciones a la comunidad. Consecuencias que pueden conllevar un grado de sufrimiento personal y familiar que hay que atajar de inmediato. Más allá del medio plazo, hoy, y digo bien, hoy, es imprescindible poner en marcha un plan para acabar con esas situaciones agónicas. De ahí que hayamos pedido en reiteradas ocasiones que, tal como se hizo en el caso de los proveedores, ahora hay que afrontar un programa de pago de nóminas que permitan reinstalar en la senda de la normalidad la acción municipal. Esa es una responsabilidad que el Gobierno no puede eludir por más tiempo.

lunes, 17 de septiembre de 2012

GESA: UN CIERRE BUSCADO

El concejal Yórquez, ese parapeto de Toscano -parece que quisieran repetir el esquema Orta/Casto Pino-, en declaraciones a la prensa, ha señalado claramente por qué, desde que llegaron al gobierno, Toscano había dado instrucciones para cerrar la empresa municipal. Afirma el ínclito, que la empresa "era usada por José Martín como su particular concejalía de urbanismo" (cita textual, entrecomillado en el original, del Huelva24, viernes 14 de septiembre). En esa expresión, se contienen dos ideas fundamentales para entender a Toscano y al PP de Aljaraque.

La primera, considerar la concejalía de urbanismo (la que ostentaba Casto Pino cuando Toscano era concejal de alcaldía) una especie de cueva de Alí Babá.

Es decir, para ellos, asegurar que yo usaba a la empresa GESA como una concejalía paralela (la de verdad tenía como responsable al candidato de IU) para llevar a cabo cuantos chanchulleos entendiera oportuno, era asemejarla a lo que se venía haciendo, en época del PP en el gobierno desde Urbanismo, bajo la batuta de Casto Pino. Y va a ser que no.


El refranero, muy rico, afirma que "cree el ladrón que todos son de su condición" y, tras haber compartido responsabilidades (digo bien, COMPARTIDO) con el que fuera concejal de urbanismo del PP en los años del "pelotazo", se entiende bien que piensen que "todo el monte es orégano" y que todos los responsables públicos actuamos igual. Falso.


La segunda idea, verdadera motivación para su cierre, es la de considerar a GESA una especie de oficina de contratación de "enchufados" del PSOE. Su razonamiento es: puesto que son colocados del PSOE, hay que echarlos a todos y todas a la calle. Ya veremos si alguno merece salvarse y cómo lo hacemos.




Puestas así las cosas, GESA, que cuando el PSOE llegó al equipo de gobierno, era apenas una oficina sin más proyección (me hace gracia Yórquez cuando dice que daba "beneficios", habrá que preguntarse que ¿a quién?), fue construyéndose poco a poco, madurando, cogiendo experiencia en la gestión. Y así se convirtió en un excelente instrumento para llevar a cabo obras del propio Ayuntamiento, al tiempo que empezaba a buscar y a conseguir contratos con empresas externas, contratos que en otras ocasiones hubieran recaído en empresas foráneas.


El punto culmen de la actividad de GESA, momento en que construía la Escuela Infantil "La Fragua", la llevó a tener en torno a ochenta trabajadores en plantilla. Detrás de ese buen momento había, lógicamente, una buena gestión en la búsqueda de contratos o de subvenciones, que permitían generar empleo y riqueza en nuestro pueblo, al tiempo que nos proporcionaba infraestructuras de primer nivel.




GESA es una empresa viable. Con un patrimonio que supera con creces las deudas que pudiera tener en un momento concreto. Pero esas deudas fueron incrementadas forzando conceptos como "saldos de dudoso cobro" (vamos, deudas con GESA que se renunciaba a cobrar), minusvalorando su patrimonio (las parcelas o fincas perdían valor ya de entrada), o malogrando operaciones ya en marcha que se perdían y dejaban a la empresa en cada vez peor situación.

Desde que el PP llegó al poder, ninguna obra nueva, ningún contrato buscado (salvo la ejecución del quiosco de Corrales), antes al contrario, pérdida de los ya suscritos (recogida de voluminosos para GIAHSA -recordemos que antes de llegar el PSOE al gobierno municipal lo hacía una empresa de Cartaya- o "La Monacilla" que se iba cayendo por partes).

De esta forma, sin nuevas iniciativas y perdiendo las ya existentes, el cierre de GESA se convertía en un horizonte cierto. El ERE temporal, el concurso de acreedores, no eran sino estaciones de tránsito camino de lo "inevitable".

El PP de Toscano se ha especializado en intentar camuflar sus deficiencias, sus incompetencias, en un permanente lamento sobre la "herencia recibida", la "ruina" que les dejó el anterior equipo de gobierno. En lugar de dedicar sus energías a buscar soluciones a los problemas, las gastan en buscar excusas para la falta de ellas.

lunes, 10 de septiembre de 2012

DESPUÉS DE UN AÑO Y MEDIO DE GOBIERNO DEL PP


Ya ha pasado un año y medio, prácticamente. Toscano llegó con sus promesas de solución. ¿Qué ha ocurrido con ellas? Se perdieron. Hoy el panorama es bastante peor que en junio de 2011. Mucho peor. Toscano se excusa achacando la responsabilidad a la herencia recibida. Es el patrón. Pero, la cuestión es, ¿ha mejorado en algo la situación de nuestro pueblo en este tiempo? Y la respuesta es, como hemos dicho, categórica. No solo no ha mejorado, sino que, sin control, la situación ha empeorado de una manera clara. Y eso es responsabilidad del equipo de gobierno del PP que encabeza Toscano. Solo suya.

Los servicios se han deteriorado. La limpieza, los servicios sociales, la educación, la cultura, la seguridad... Todo ha sufrido un deterioro evidente que convierten hoy, a Aljaraque, en una referencia de mala gestión.

Trabajadoras y trabajadores en una situación de desesperación por el impago continuado de nóminas. Ciudadanos y ciudadanas que ven como muchas cosas que ofrecía el Ayuntamiento han desaparecido o son más caras, en muchos casos inaccesibles en una coyuntura como la que atravesamos.

Mientras Rajoy nos asfixia por arriba, desmantela el estado democrático y del bienestar, carga contra la educación pública, la sanidad universal, la dependencia..., recorta salarios, quita derechos laborales, controla la televisión pública, ningunea la representación política, hunde al país en una senda de recortes que está incrementando el paro a una velocidad mayor que la que sufrimos en años anteriores, aquí, su discípulo Toscano, sigue esa misma estrategia.

¿Dije que no subiría los impuestos? ¿Afirme que los trabajadores y trabajadoras municipales no debían tener miedo? (¿miedo a qué?), ¿Comprometí mejoras, inversiones, crecimiento económico? ¡Cuántas mentiras -debe pensar! Es difícil engañar más a una población.

Ahora necesita buscar culpables. Sea la gestión del gobierno anterior, sea Diputación Provincial, sea quien sea. Ninguna responsabilidad le toca. Es una víctima. No tiene capacidad para cambiar las cosas y solo puede despedir, empeorar las condiciones de sus trabajadoras y trabajadores, dejar de prestar servicios, mantener pobremente los que deje en pié..., sin otra iniciativa, sin ninguna propuesta de solución. Y tal vez eso sea lo peor de todo. Eso, y no saber lo que nos espera