Es decir, para ellos, asegurar que yo usaba a la empresa GESA como una concejalía paralela (la de verdad tenía como responsable al candidato de IU) para llevar a cabo cuantos chanchulleos entendiera oportuno, era asemejarla a lo que se venía haciendo, en época del PP en el gobierno desde Urbanismo, bajo la batuta de Casto Pino. Y va a ser que no.
El refranero, muy rico, afirma que "cree el ladrón que todos son de su condición" y, tras haber compartido responsabilidades (digo bien, COMPARTIDO) con el que fuera concejal de urbanismo del PP en los años del "pelotazo", se entiende bien que piensen que "todo el monte es orégano" y que todos los responsables públicos actuamos igual. Falso.
La segunda idea, verdadera motivación para su cierre, es la de considerar a GESA una especie de oficina de contratación de "enchufados" del PSOE. Su razonamiento es: puesto que son colocados del PSOE, hay que echarlos a todos y todas a la calle. Ya veremos si alguno merece salvarse y cómo lo hacemos.
Puestas así las cosas, GESA, que cuando el PSOE llegó al equipo de gobierno, era apenas una oficina sin más proyección (me hace gracia Yórquez cuando dice que daba "beneficios", habrá que preguntarse que ¿a quién?), fue construyéndose poco a poco, madurando, cogiendo experiencia en la gestión. Y así se convirtió en un excelente instrumento para llevar a cabo obras del propio Ayuntamiento, al tiempo que empezaba a buscar y a conseguir contratos con empresas externas, contratos que en otras ocasiones hubieran recaído en empresas foráneas.
El punto culmen de la actividad de GESA, momento en que construía la Escuela Infantil "La Fragua", la llevó a tener en torno a ochenta trabajadores en plantilla. Detrás de ese buen momento había, lógicamente, una buena gestión en la búsqueda de contratos o de subvenciones, que permitían generar empleo y riqueza en nuestro pueblo, al tiempo que nos proporcionaba infraestructuras de primer nivel.



GESA es una empresa viable. Con un patrimonio que supera con creces las deudas que pudiera tener en un momento concreto. Pero esas deudas fueron incrementadas forzando conceptos como "saldos de dudoso cobro" (vamos, deudas con GESA que se renunciaba a cobrar), minusvalorando su patrimonio (las parcelas o fincas perdían valor ya de entrada), o malogrando operaciones ya en marcha que se perdían y dejaban a la empresa en cada vez peor situación.
Desde que el PP llegó al poder, ninguna obra nueva, ningún contrato buscado (salvo la ejecución del quiosco de Corrales), antes al contrario, pérdida de los ya suscritos (recogida de voluminosos para GIAHSA -recordemos que antes de llegar el PSOE al gobierno municipal lo hacía una empresa de Cartaya- o "La Monacilla" que se iba cayendo por partes).
De esta forma, sin nuevas iniciativas y perdiendo las ya existentes, el cierre de GESA se convertía en un horizonte cierto. El ERE temporal, el concurso de acreedores, no eran sino estaciones de tránsito camino de lo "inevitable".
El PP de Toscano se ha especializado en intentar camuflar sus deficiencias, sus incompetencias, en un permanente lamento sobre la "herencia recibida", la "ruina" que les dejó el anterior equipo de gobierno. En lugar de dedicar sus energías a buscar soluciones a los problemas, las gastan en buscar excusas para la falta de ellas.
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