INSOSTENIBLE

Como una metáfora, las bicicletas de Aljaraque, las que conseguimos traer merced a un proyecto de movilidad sostenible, permanecen varadas, pudriéndose lentamente. Digo como una metáfora, porque esa misma imagen de desidia, de pasotismo que reflejan, es la que retrata a Toscano y su equipo. 

Aljaraque es un pueblo que, por sus características, por su ubicación, por su clima, por la idiosincrasia de su vecindario, es idóneo para fomentar la movilidad no agresiva con el medio. Nuestra red de carriles contribuye de forma clara a ello. Basta darse un paseo por Las Sordas, por la pasarela a Las Cojillas, por Corrales, no digamos ya saltar la autovía a Punta y tirar para la playa o para la capital, y comprobamos la intensidad de uso, el disfrute que proporciona a la ciudadanía, la magnífica aceptación...

Y resulta que Toscano se lo encuentra hecho. A poco que se fomentara el uso de las bicicletas, podríamos conseguir más bancadas, reforzando con ello su utilidad y, con seguridad, la frecuencia de utilización. Sé que profesa alergia por todo aquello que hicimos (por tanto mucha alergia), pero eso no puede llevarle a dilapidar un logro como éste, dejando a la gente sin un servicio que poco le habría costado mantener.

Y es que, claro, si las bancadas no funcionan, si las ruedas están pinchadas, las cadenas fuera del plato, los sillines mirando hacia Pamplona, los manillares sueltos, los frenos rotos, el cambio sin mantenimiento alguno, las bicicletas son inservibles. Nadie las usa, más se estropean. En algún momento dirán que aquello no servía pues nadie lo usaba. pero no será ese el problema, sino la falta de responsabilidad (mínima responsabilidad) de un equipo que demuestra cada día no tener proyecto para Aljaraque. Una pena de cuatro años no solo perdidos, si no de retroceso.