Escucho las declaraciones de una militante de organización católica en las que afirma, en la dirección señalada por Benedicto XVI, que frente al SIDA lo efectivo es la abstinencia y la fidelidad en el seno de la pareja (por supuesto para toda la vida). Benditos sean quienes se sientan realizados y felíces en el cumplimiento de esas reglas. Nada que objetar. Pero quienes no quieran seguir esa directriz y sean, por el contrario dados a la promiscuidad (lo que no les hace mejores ni peores como personas que quienes optan por la castidad o la monogamia estricta), no tienen por qué verse privados del derecho al disfrute sano de su sexualidad.
Más allá de la aparente ingenuidad de la que hacen gala quienes defienden esos discursos (que a mí me parecen rancios), hay que exigirles respeto. Existe una desmedida sed desde diversas posiciones, en especial las religiosas, por imponer los códigos de conducta que emanan de sus creencias -que lo son de un grupo, mayor o menor, pero limitado- de una forma generalizada. Demonizando a quienes no lo siguen.
Todo es más sencillo. A usted le parece lo mejor la abstinencia, practíquela. Sólo permita al resto vivir, con seguridad, porque tienen derecho a ello, por el camino que hayan elegido libremente. Fuere cual fuere, con la única condicíón de que no hagan daño a nadie. Dos personas que usan condón no infringen ningún precepto humano.
Lo dicho, muy fácil. Un respeto... y más responsabilidad (como la que representa la decisión de enviar un millón de preservativos a Africa).
2 comentarios:
Dos personas que usan condón no le hacen daño a nadie.
Una persona que aborta poruq een ese momento no "le viene bien ser madre" le está haciendo daño a otra persona especuialmente indefensa.
Pedimos respeto, empecemos por respetar a los demás seres humanos
Banalizar los motivos que llevan a una mujer a decidir interrumpir un embarazo no contribuye a dar luz al debate. Es más complicado que un simple "no le viene ser bien madre". La pregunta es más bien si puede obligarse a una mujer a dar a luz contra su voluntad. En cualquier caso, una decisión difícil y que para ellas será, estoy seguro, mayoritariamente dolorosa.
Pero no deja de ser otro tema. Lo que si es verdad es que el condón es un arma eficaz contra las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos no deseados. Y que hay que educar, y para ello informar, especialmente a la gente joven.
Sobre el respeto, habría que hablar mucho. Soy partidario como dice de respetar a los demás, es decir a los otros. A los que deciden morir de manera digna, por ejemplo.
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