Asisto en la tarde del sábado a la representación, por la Compañía Alyaraz Teatro, de la obra "El loco y la monja", del para mí hasta ahora desconocido Stanislaw I. Witkiewicz, que tiene lugar en el Teatro Cinema de Corrales. Antes que nada mi felicitación, no exenta de admiración y respeto, a Zoraida Romo, directora (y muchas cosas más, alma mater), y al plantel de actores y actrices aficionados, que funcionan como profesionales. Magnífico nivel.
Han sido dos actuaciones con buena asistencia de público (lleno el día del estreno) y una extraordinaria acogida por parte del mismo. Un éxito, pues, para la compañía, que ahora saldrá fuera de nuestro municipio a llevar su arte a otros escenarios.
En tiempos difíciles para la Cultura -¿y cuáles no?-, que un grupo de mujeres y hombres dediquen su tiempo, su esfuerzo personal y colectivo, sin la habitual recompensa económica, a una de sus manifestaciones, gratifica y es de agradecer.
Creo que la creación cultural y el disfrute ciudadano de los frutos subsiguientes constituyen un elemento esencial en el progreso humano. Desde siempre, la humanidad ha expresado sus miedos, sus anhelos, sus alegrias, sus emociones, a través del arte. Es uno de nuestros rasgos diferenciadores y, en cierta forma, un extraordinario almacen de sabiduría. La actividad cultural nos hace mejores personas; un objetivo básico para cualquier colectividad.
Apoyar este tipo de iniciativas debe ser guía y norte de la acción política. En ese empeño estamos. En momentos en que muchos valores están en riesgo, por la acción intencionada de mass media que responden a la visión intelectual neoconservadora -si, no se sorprendan, al capital, al mercado, le interesa gente con poco criterio, sin principios claros fuertemente anclados en el pensamiento solidario y justo-, la búsqueda del progreso, entendido éste como el equilibrio entre la felicidad -también saciedad de necesidades elementales- y la sostenibilidad del planeta finito en el que habitamos, pasa por la promoción de la acción cultural.
¡Enhorabuena a Zoraida, a Marcos, a Tomasa, a María del Mar, a Inmaculada, a Mari Carmen, Carolina, María José, Elísabeth, Rafa, Angus, Queta, Cele, Mari Carmen, Maribel (a las dos), Bárbara, Paula, Angelines, Mayo, Marisa, Miguel Ángel, Alejandro, y a cuantas personas han participado de una u otra manera en hacer realidad este esfuerzo grupal gratificante!
A seguir así...
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