LO QUE NOS DIFERENCIA (III)

Considero que la información es la base de la participación pública. Para opinar, no digamos para decidir, es necesario saber.

En la actividad política municipal existe un órgano de la máxima importancia. Las sesiones del Ayuntamiento pleno constituyen la pieza esencial, por la que pasan todas las decisiones fundamentales en la acción de gobierno local. Por eso es deseable que puedan celebrarse, siempre que ello sea posible, en horario que facilite la presencia de cuantos ciudadanos y ciudadanas estén interesados en acudir, y aún más, si cabe, que sean transmitidos -lógicamente en diferido, pero íntegros, sin ningún corte, ni añadido- por la televisión municipal.

En ese ámbito de debate y toma de decisiones, las formaciones políticas y sus portavoces tienen la posibilidad de plasmar sus posiciones con relación a todos los temas que pueden interesar a la ciudadanía. Y ésta, tiene ocasión de evaluar, opinar, en última instancia, decidir.

Es un importante ejercicio de transparencia que no se da en todos los ayuntamientos que tienen televisión local (sea ésta pública o privada -muchas herederas de aquellas "comunitarias"-). En el nuestro, desde el primer día del nuevo equipo de gobierno, se viene haciendo. Sólo en una ocasión, por impedimento legal, el pleno no fue grabado y emitido.

Me consta que en nuestro municipio, en Aljaraque, en Bellavista, en Corrales, en La Dehesa, el grado de seguimiento de estos plenos es significativo. Es importante. Que conozcan a los responsables de las distintas formaciones políticas, a las concejalas y concejales, al alcalde. Esa es la base de una buena crítica -siempre aportando, siempre constructiva- que es, créanme, siempre bienvenida por los gestores de lo público. No somos infalibles, no lo conocemos todo; en lo que hace referencia a problemas concretos, son, en la mayoría de ocasiones, las vecinas y vecinos quienes detectan los problemas. Entonces hay que comunicar, si se demora la solución, exigir. Lo que no sirve de nada es criticar con maledicencia, en corrillos, en conversaciones de salón o de bar. Eso no conduce a solucionar nada. Es más, en muchas ocasiones, el fin último de ese tipo de rumorología (incluso aunque se refiera a un déficit real) es el de producir desgaste o daño político, no contribuir a arreglar nada.

Cuando se produzca el apagón analógico, habrá que ingeniárselas para que puedan seguir viéndose los plenos municipales. Internet, la televisión digital pública de la costa occidental, o cualquier otra fórmula que nos permita trasladar el principal exponente de la vida política local.

Creo que ese ejercicio transparente marca diferencias...