Quien ostenta el poder cuando se convoca una huelga general siempre negará que el éxito de la misma vaya a suponer un cambio en las políticas contra las que se protesta. Es el guión. Sin embargo, la experiencia histórica demuestra -véase el tema desahucio- que condicionan, y mucho.
El miércoles, una gran mayoría social ejerció el derecho a decir basta ya. Fue una movilización contundente, corroborada por una masiva asistencia a las manifestaciones. Huelva no fue una excepción. Incluso muchas personas que por diferentes motivos no secundaron la huelga -por miedo, por asfixia económica...- alzaron después su voz con claridad frente a la sinrazón de esta política Europea, impuesta por Alemania y sus socios en la opulencia, que está llevando al sur del continente a una situación de emergencia social y económica. El alumno aventajado de Merkel, Mariano Rajoy, tiene en su haber el incremento del desempleo más elevado en tan corto periodo de gobierno como el que lleva. Y era previsible. Como tantas veces se advirtió, una reforma laboral que facilita el despido provoca despidos, no contrataciones.
La manifestación desde la entrada de la Alameda Sundheim |
Ahora toca, después de la expresión popular, cambiar ese rumbo que nos está conduciendo a la ruina. Toca incentivar la economía, frenar el dislate de los recortes, parar la intencionada privatización, devolver derechos y libertades. Toca, pero no lo van a hacer; al menos, no del todo. Toca seguir peleando. Gana quien lucha, nunca quien se rinde.
4 comentarios:
La huelga es muy útil, necesaria y obligatoria en una democracia...pero ¿de verdad cree que a esta situación hemos llegado sólo en el útimo año?
Aquí llegamos por el gobierno anterior y el anterior y el anterior, y todos los que han gobernado sacando un beneficio propio y no mirando el bien de la sociedad que gobernaban; cosa que hacen los que están ahora y los que lo hicieron anteriormente, como usted.
Es evidente que a la situación actual no hemos llegado en el último año. También lo es que en este último año ha empeorado de manera notable. Hemos perdido derechos, asistido a un desmantelamiento de los servicios públicos, a un nivel de desempleo brutal, a las agresiones contra colectivos particularmente desfavorecidos (mayores, dependientes...) y todo ello además sin conseguir, antes al contrario, los teóricos objetivos. de hecho, hoy la deuda es mayor, el déficit sigue incrementándose y España se encuentra en una situación más difícil que a la salida de Zapatero del gobierno.
Lo del beneficio propio es una afirmación falsa. La mayoría de la gente que se dedica al servicio público lo hace con vocación de ayudar a los demás y no por mejorar su propia situación. Sé que hay quienes están interesados en proyectar una imagen general de quienes nos dedicamos temporalmente a la política como gente aprovechada. Por el contrario, conozco a una enorme cantidad de personas que lo hacen sacrificando su propia vida familiar, laboral y social, sin mejorar sus condiciones personales. Personas dignas de admiración y respeto que hacen que la política, aunque haya una minoría que incumpla, sea una tarea digna y honesta.
Por eso sigo ahí. Pese a insultos, injurias o calumnias, queda la satisfacción personal del esfuerzo, el trabajo colectivo y los resultados. Aún con los errores lógicos, inevitables, pero con legítimo orgullo por lo conseguido.
Ya que afirma que la situación actual no ha sido llegada en el último año sólamente, ¿qué culpa de ello tienen los años anteriores y sus gobernantes?
No considero que deba ser perfecto el político con errores, que usted marca como lógicos e inevitables, pero sí creo que tenga que pagar por ello. Ya que si yo en mi trabajo provoco una pérdida monetaria o algún desvío económico de gran índole, a parte de perder mi puesto laboral, se me obligue a reponer de mi bolsillo aquello que no me pertenecía.
¿Por qué a un gobernante no se le obliga a ello?
¿Hay que esperar al pronunciamiento judicial?
¿O son pocas pruebas las mostradas, por ejemplo, en el caso de EREs ilegales en la Junta de Andalucía?
Habla Vd. de pagar por los errores. En democracia el veredicto (justo o no) lo dan las urnas. Para la justicia como parece vd. apuntar no quedan los errores, sino las ilegalidades.
Por cierto, ¿qué ocurriría según su tesis cuando de la gestión de un gobernante deviene para su pueblo un considerable incremento de riqueza?
Porque vd. parece referirse solo a errores económicos y créame, no es a eso a lo que me refería.
Los eres están aún enjuiciándose, no adelante veredicto. Si quiere buscar un ejemplo, los encontrará ya juzgados y condenados.
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